domingo, 29 de novembro de 2009

Amor y muerte

Su primer hechizo fue el nacimiento de su único hijo, Juan Cándido, en 1939. El intenso trabajo que incluyó a tres grupos para el pabellón brasileño en la Feria Internacional de Nueva York, no le impide vivir la vida de la familia.
Con los años, incluyendo pinturas, murales, pinceles y pinturas, tuvo tiempo de sobra para estar conectado con la familia, esposa e hijo, con un vínculo indisoluble, indisoluble como su pasión por el arte.
Pero en 1954, comienza a sentir el efecto del contacto con las pinturas diuturno. El médico dice que es una dosis anormal de plomo en el cuerpo y para evitar una mayor contaminación, a abandonar completamente la pintura de aceite o similares.
Portinari trata de dejar para otras técnicas, utilizando lápiz y tinta de pluma de color, una mezcla del dibujo con la pintura, pero se sienten ahogados, incapaces de liberar por completo sus emociones y su capacidad artística
En 1960, un nuevo ser viene a la gente de su vida: la pequeña Denise, hija de John Carney, que es cantar en prosa y verso. Se deleita en sus primeros pasos, sus primeras palabras, lo convierte en un modelo de sus nuevas creaciones.
Contra las determinaciones médicas, una vez más el uso del aceite para representar a su nieta, para el que pinta un cuadro, al menos un mes.
El doctor tenía razón. El regresó a la pintura aumentado el grado de contaminación del cuerpo, en lugar de debilitar su salud. Y Cándido Portinari que murió el 6 de febrero de 1962, a los 58 años de edad, a la altura de la fama, ubicada en Brasil y el mundo como uno de los más grandes pintores del siglo 20. (Texto de Paulo Victorino).

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